Artrópodos
Los Artrópodos o animales con
patas segmentadas, son un grupo de animales altamente exitosos y diversos. No
tienen competencia por otro grupo de animales en cuanto a la diversidad de
estructuras y a sus funciones. Los podemos encontrar en casi cualquier nicho
ecológico.
Una característica que les ha dado
esa ventaja tan clave es un exoesqueleto relativamente impermeable. Esto hizo
posible el que este grupo de animales pudiese colonizar ambientes fuera del
agua. Dado el pequeño tamaño de muchos de estos animales, la cantidad de área
de superficie que exponen al medio ambiente, con relación a su masa, es muy
elevada por lo que un organismo sin exoesqueleto semi-impermeable se puede
desecar con mucha facilidad.
Exoesqueleto impermeable
Los Artrópodos tienen el cuerpo
segmentado, compuesto de segmentos quitinosos que forman un exoesqueleto. Este
tiende a variar en dureza según su ubicación en el cuerpo. Cada segmento está
unido por parte de ese mismo exoesqueleto, pero con una estructura más blanda
que forma una membrana. Apéndices, también segmentadas aparecen en algunos de
los segmentos. Los Artrópodos tienen varias estructuras en común con los
Anélidos ya que evolutivamente surgen de éstos. Las indicaciones más claras son
el cuerpo segmentado y el ganglio nervioso ventral. Sin embargo, siendo
animales más evolucionados, tienen un sistema circulatorio abierto, en el cual
la hemolinfa fluye por todo el cuerpo del animal o sea el hemocelo. Los Artrópodos
ventilan sus gases a través de tráqueas, sistema de tubos que se van
ramificando desde el exoesqueleto hasta que llegan a casi todas las células del
cuerpo del animal y tienen un aparato bucal muy especializado con apéndices múltiples.
Artrópodos extantes (vivos) incluyen los quelicerados, los crustáceos, los
miriápodos y los insectos. Los quelicerados incluyen las arañas, los ácaros,
las garrapatas, los escorpiones, los cangrejos herradura y los solpúgidos, las
arañas de mar (picnogónidos), los osos de agua o tardígrados, y los gusanos
lengua.
Traquea
Los quelicerados se caracterizan por tener seis pares de
apéndices. El más anterior se llama quelas y tienen forma de mandíbulas
primitivas. El segundo par de apéndices son los pedipalpos y parecen pinzas.
Las otras cuatro pares de apéndices son para locomoción. No hay antenas como
tal, y el cuerpo lo podemos dividir en dos; (1) el cefalotórax (cabeza y tórax
juntos) y (2) el abdomen. Todos los apéndices salen del cefalotórax.
Origen de los artrópodos
Las similitudes básicas entre los anélidos, artrópodos y los
onicóforos, claramente indican hacia un ancestro común en algún punto de la
evolución de los metazoos (animales multicelulares que tienen dos capas de
células en la etapa de gástrula). De hecho algunos taxónomos agrupan a los tres
en el superfilum Annulata. Otros los ponen en un subfilum, Articulata. Los
detalles de la relación evolucionaria entre estos tres grupos es puramente
hypotética. Lamentablemente la evidencia fósil es de poca ayuda ya que cada
grupo está claramente definido en la estrata Cambriana, capa en la que se
obtienen los fósiles más ancestrales buenos. Esto apunta a que el ancestro en
común se formó para la época del Precambriano. Sin embargo, dentro de toda la polémica,
el consenso es que el ancestro fue un anélido o una criatura con características
de anélido.
Algunos autores sugieren que los artrópodos primitivos evolucionaron
directamente de un anélido/poliqueto. Otros comparten la idea que a partir de
un ancestro con características de un gusano segmentado se produjeron dos ramas
evolutivas, una dio paso a los anélidos/poliquetos y la otra a una forma con
patas lobuladas no diferenciadas (lobópodo). Los lobópodos a su vez se
ramificaron en artrópodos y onicóforos.
Una vez establecidos, miembros del filum Artrópoda son
vistos como generando cuatro ramas, (o subfilas) (1) Los Trilobitas
(extinctos); (2) los Quelicerados, (3) los Crustáceos y (4) Uniramia =
Myriápodos + Insectos. Todavía hay desacuerdo en cuanto a si los artrópodos
forman actualmente un solo filum (monofiléticos), compartiendo así un ancestro tipo
artrópodo en común o si vienen de dos o más grupos (polifiléticos) relacionados,
en los que características en común, especialmente patas articuladas, pero
incluyendo otras estructura, evolucionaron en forma convergente.
En base a las estructuras mandibulares y movimiento de los apéndices
de locomoción, hay científicos que reconocen tres grupos que se convierten en
artrópodos en forma convergente. Los Trilobitas y los Quelicerados, los Crustáceos
y los Onicófora con los miriápodos, y los hexápodos (insectos). Hay evidencia
embriológica de que lo anterior es cierto. Bajo este punto de vista, los
Trilobitas, Quelicerados y los Crustáceos tienen apéndices y mandíbulas
gantobásicas que son primitivamente biramosas. Las formas de las mandíbulas
gnatobásicas y los apéndices biramosos en los trilobitas y en los quelicerados
son fundamentalmente diferentes a los de los crustáceos. En base a ésto y a otras
bases, los trilobitas y los quelicerados son vistos como habiendo evolucionado
en forma independiente. Los Unirama son interpretados como todos aquellos que
tienen apéndices lobulados uniramificados (sin ramificar), que muerden con la
punta de las mandíbulas y se considera que forman un grupo monofilético.
Aunque hay suficiente evidencia de que los artrópodos tienen
un origen polifilético, el aceptar este punto de vista presupone aceptar el origen
independiente y la convergencia de varios caracteres; el hemocelo; apéndices
locomotoras pareadas; las tráqueas; túbulos de Malpigio, ojos compuestos,
cutícula quitinosa y otros. Muchos investigadores consideran esto muy poco
probable. Otro apoyo a la hipótesis de que son un grupo monofilético, es visto
por varios investigadores que muestran evidencia de ésto mediante estudios de
embriología de la cabeza, mecanismos y estructuras (sencilla) olfatorias; la
estructura del ojo, anatomía viseral, el sistema de los tendones
intersegmentales, y la ultra-estructura de los espermatozoides. Otros también
apuntan a una evolución monofilética mediante una discusión profunda de la
filogenia.
Hasta hace poco, los registros fósiles no han provisto
suficiente información o evidencia para resolver el asunto de si hay un origen
mono o poly-filético. Recientemente se ha mostrado evidencia fósil de que los
Uniramos en realidad vienen de organismos con apéndices biramificadas. En base a
esto no hay ninguna base para sustentar la formación de un grupo taxonómico que
se llame Uniramia. Otro apoyo reciente al concepto monofilético viene del
análisis de RNA del ribosoma.
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